Una
anécdota cuenta que, siendo niño aun, un día al salir de misa, le ofreció a hacerle
un vestido a la Marquesa de Casa Torre, madre de la que luego fue la Reina
Fabiola de Bélgica, esta le envió a casa un pedazo de tela y uno de sus más
exclusivos trajes para que lo copiara y pudiera así demostrar sus habilidades. Ya
desde pequeño se notaba su inclinación por el diseño, muy posiblemente, por crecer
rodeado entre hilos, telas y alfileteros,
con el ejemplo de su madre modista.
En
1939 presentó una línea de hombros caídos, de cintura pinzada y caderas
redondas, estilo que anticipaba el new look de Dior de 1947. Años después se
permitió el lujo de reinventar la silueta femenina con sus vanguardistas
vestidos saco, las mangas tres cuartos, las faldas balón, el talle alto, las
caídas en forma de túnica, y la manga murciélago, formas todas ellas sostenidas
gracias a su magistral tijera y adornadas con grandes botones.

Marlene
Dietrich, Greta Garbo, la propia Reina Fabiola de Bélgica o la Duquesa de
Cádiz, son algunos de la larga lista de reconocidos nombres, pertenecientes a
la clientela, de este orgullo del diseño y la confección español.
Su lema fue, "arquitecto para las líneas, escultor para la forma, pintor para el
color, músico para la armonía y filósofo para la medida."
En
1973, con motivo de la reapertura del Instituto de la Indumentaria en el
Metropolitan Museum de New York, se expusieron 150 de sus diseños, todos ellos
modelos de referencia ya por entonces.